Entrevista a Esperanza Sesmero, autora de ‘Un tropiezo existencial’

¡Buenos días, Esperanza! Es un placer poder conversar contigo sobre tu última publicación. Cuéntanos, ¿cómo surgió la idea de escribir Ironías de la vida, primero, y más tarde Un tropiezo existencial?

Fue de viaje con una amiga; normalmente tiendo a reírme e ironizar sobre determinadas situaciones y poner el contrapunto que haga de un mal momento algo bueno. En medio de una de esas risas, a modo de broma, me dijo que tenía que escribir todo eso en un libro. Siempre había escrito y al regresar comencé con Ironías de la vida. Un tropiezo existencial no es más que la continuación, eran demasiados monólogos para un solo libro, y ya estamos preparando el tercero.

Un tropiezo existencial es un recopilatorio de monólogos sobre diversas temáticas de la vida cotidiana. ¿Están pensados para ser representados, o por ahora van a permanecer en el papel?

En principio están pensados para formar parte de estos libros. Yo no tengo el valor ni la capacidad de subirme a un escenario a representarlos, pero si alguien en alguna ocasión quisiera hacerlo, por mi parte, no habría ningún problema.

Además de estos libros has publicado dos poemarios y tienes un blog y un canal de YouTube al que subes vídeos cortos. ¿En qué formato te sientes más cómoda? ¿Qué te aporta cada uno de estos soportes?

Cada formato es una forma de expresión y una manera de llegar a diferentes tipos de gente. Escribo poesía desde muy pequeña, es un formato en el que me siento muy cómoda, me resulta muy natural. En prosa había escrito, pero mucho menos, hasta que publiqué estos libros, y descubrí en el relato corto con reflexiones hechas con humor una forma de expresión de aquello que quizás en verso me costaba más expresar. Hoy en día tener un blog es algo casi esencial y, afortunadamente, es muy sencillo crear uno; quizás en el blog publico todos aquellos relatos, poemas o ideas más inmediatas o temporales que son demasiado efímeros para un libro. El canal de YouTube ha sido el último experimento, en Internet todo tiende a ser cada vez más visual y es una forma de acercar la poesía a más personas en un formato distinto.

“Si te caes una vez… ¡levántate!; si te caes dos veces… ¡levántate!, y si te caes doscientas veces… aprende a caerte hasta que veas aparecer lo que estás buscando por el horizonte del

futuro que soñaste”. Al leer tu libro nos transmites muchísimo optimismo. ¿Has tenido que aprender a caerte para llegar hasta aquí?

¡Claro! Como todo el mundo. De hecho, es más normal el fracaso que el éxito, intentamos las cosas una y otra vez hasta que las conseguimos, por el camino fracasamos doscientas veces, pero al final solo queda el recuerdo de lo que gracias a esos fracasos hemos conseguido. Por lo tanto, para qué recrearnos en el mal momento, mejor levantarse y continuar. Ya que el fracaso o caerse es algo inevitable en la vida, si aprendes a caerte, es decir, si aprendes que ese final solo es el principio de un nuevo comienzo, ya tienes la mitad del camino andado para seguir adelante y conseguir tus sueños.

Entre los temas que tratas en tu libro encontramos el amor, la moda, los estereotipos sobre hombres y mujeres y otras escenas del día a día de cualquier persona… ¿Qué cosas te sirven de inspiración a la hora de escribir?

La vida, el día a día, esos relatos no son más que un reflejo de situaciones que en algún momento todos nos hemos encontrado, o bien conocemos a alguien a quien le ha pasado. A fin de cuentas, no somos tan distintos y a todos nos suceden ese tipo de cosas, lo único que cambia es el contexto en el que suceden a cada uno. En ocasiones es algo que he vivido, o algo que he visto, algo que me han contado; cualquiera de esas cosas es susceptible de ser vista desde un punto de vista que evite los dramas y nos acerque un poco más.

En tus monólogos tratas de transformar los recuerdos dolorosos en risas y lo haces con grandes dosis de ironía. ¿Qué monólogo ha sido el más difícil de escribir?

¡Uuufff! No sabría decirte, alguno ha sido algo más difícil, porque me tocaban más directamente y cuando entran en tu lado más personal es más complicado. Pero en sí difícil, difícil, no ha sido ninguno, porque esa ironía que reflejan y esas risas que transmiten realmente estaban ahí en esos momentos, cuando esas situaciones estaban ocurriendo, y eso amortigua bastante la carga emocional.

Además de ser escritora, ¿qué otros sueños tenías cuando eras pequeña que aún no hayas alcanzado?

Quizás los sueños que me queden por cumplir están más relacionados con el lado personal que el profesional, esos se me han resistido más. El resto de sueños, siempre he corrido tras ellos hasta alcanzarlos, y cuando se acaban tengo la necesidad existencial de fabricar unos nuevos.

¿De qué herramientas te vales a la hora de escribir tus monólogos y poemas? ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere empezar a dedicarse a la escritura?

De todo lo que tengo a mi alcance: una servilleta, siempre llevo varias libretas en el bolso, el móvil… el ordenador, por supuesto, en él escribo. Lo importante es no dejar escapar la idea y dejarla cuanto antes plasmada de alguna manera, aunque sea un boceto, porque la memoria tiende a ser frágil. A parte de las herramientas meramente necesarias para escribir no utilizo ninguna más, simplemente me siento a escribir delante de, prácticamente, cualquier cosa y trato de plasmar lo que quiero contar.

A alguien que empieza a escribir le diría que tuviera paciencia, que no dejara escapar ninguna idea, que sea él o ella misma, con su propio estilo, y que entienda que la escritura no es un sprint, sino una carrera de fondo.

¿Cuál va a ser tu próximo proyecto literario?

Tengo varios: está la tercera parte de estos libros de monólogos, cuatro poemarios más que prácticamente están listos para publicarse, intentaré lanzarme con alguna novela, aunque ahí aún no he encontrado mi propio estilo, y seguir adelante con la actividad en redes sociales, el blog y YouTube.

• Nombre: Esperanza Sesmero
• Género: monólogos
• Bio: nacida en Toledo en 1985, licenciada en Economía y Administración y Dirección de Empresas por la UCLM. Un día, debido a una serie de causalidades algo desastrosas, recordé que de pequeña quería escribir y componer, a esas edades todos tenemos la cabeza llena de pájaros. Después de eso me surgió la gran duda de si en su momento escogí el camino equivocado. Decidí volver a retomar esos sueños en el punto exacto donde los dejé hacía muchos años, llevando así dos caminos a la vez, el real y el de los sueños. Desde que tomé esa decisión cada vez que puedo escribo todo aquello que antes quedaba guardado.
• Libro: Un tropiezo existencial

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