Editoralia
El reencuentro, de María Pilar Cano Teja El reencuentro, de María Pilar Cano Teja
Como es de suponer, también en la literatura hay modas. Modas literarias, más o menos soportables o más o menos absorbidas por otras tendencias... El reencuentro, de María Pilar Cano Teja

Como es de suponer, también en la literatura hay modas. Modas literarias, más o menos soportables o más o menos absorbidas por otras tendencias culturales o eso que comúnmente se llama mainstream, que no deja de ser un tren a gran velocidad que nunca logramos alcanzar. Y para peor, muchas veces, ese tren es extranjero.

De modo que aquí estamos, España 2015, atiborrada de chicos adolescentes que corren o en un laberinto o que juegan al hambre o que tenían o tienen un blog de no-sé-qué y que, de pronto, ese blog es libro lo cual no deja de ser una paradoja si se entiende que esta iba a ser la era del bit. Supongo que da igual.

Una de las cosas que más ha llamado la atención de quien aquí escribe, es el fenómeno de la «literatura 2.0» o «literatura digital» y que consiste, bajo el supuesto de que todo debe ser rápido, corto e impactante ―como un trozo de tofu que ni se digiere―, es que una de las primeras víctimas de la amputación ha sido la introspección. Entendida esta como el arte de interpelarnos frente al mundo, de hacernos complejos y vitales en lugar de animales que corren y corren y matan sin la menor grieta, eso que naturalmente se llama textura o psicología de un personaje. Por supuesto, no ocurre en todas las obras, pero hablamos de tendencias…

Para mi asombro, nada de eso encontrará el lector en el libro El reencuentro, de María Pilar Cano Teja, una novela clásica que reconstruye la vida de personas anónimas y a su vez perfectas, no por su calidad humana, sino por la dimensión narrativa que la autora consigue darles. Son seres humanos, a veces insoportables y solos, a veces vivos, débiles, equivocados.

El reencuentro es un manifiesto. Una de esas obras que hay que leer para recordar cómo era escribir y tomarse en serio esta profesión repleta de amateurismos y atajos, una novela que explora cada centímetro cuadrado ―o cúbico― de los personajes, una suerte de artilugio de creación 3D en tiempo real que le permite al lector sentir, sudar, odiar y padecer el tedio de la vida cotidiana porque, en definitiva, de eso se trata la literatura: de reflejar aquello que nos rodea.

Al tomar contacto con El reencuentro uno se siente frente a un inmenso animal que jadea lento, que respira, que se comunica mediante la sutil lógica de las cosas sencillas. No hay explosiones en El reencuentro; el verdadero estallido está en apreciar una poética de la vida cotidiana, que aunque por momentos pueda padecer de ciertos excesos de barroquismo ―cierta repetición, adjetivos no siempre necesarios, etc.―, en la cual vernos reflejados.

Decían de Camus, y en especial de su obra cumbre, El Extranjero, que su mayor talento consistía en reflejar la muerte como un acto cotidiano, algo que puede pasar o no, pero cuya trascendencia es relativa y en definitiva solo consiste en blandir un cuchillo o apretar un gatillo. El resto es esperar la reacción ―o el juicio― de cada uno.

De ese material se nutre El reencuentro: todo parece anodino y sin embargo todo es vital.

 

 

Formato: Versión Kindle

Tamaño del archivo: 366 KB
Longitud de impresión: 200
Editor: Bebookness (7 de enero de 2015)
Vendido por: Amazon Media EU S.à r.l.
Idioma: Español
ASIN: B00RZURE5W
Word Wise: No activado

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