Editoralia
La furia y el asco, reseña sobre ‘Bicoca’ de Luz Rodríguez La furia y el asco, reseña sobre ‘Bicoca’ de Luz Rodríguez
Preguntada por la naturaleza de su literatura, Elfriede Jelinek (Premio Novel de Literatura) contestó que «La furia es mi motor, sin duda. La furia... La furia y el asco, reseña sobre ‘Bicoca’ de Luz Rodríguez

Preguntada por la naturaleza de su literatura, Elfriede Jelinek (Premio Novel de Literatura) contestó que «La furia es mi motor, sin duda. La furia forjada por las injusticias, del tipo que sean. Por el sistema de valores machista, patriarcal o por las injusticias políticas y sociales en general». Naturalmente, Jelinek no dice nada nuevo, el asco y la furia ha sido desde siempre sabía literaria para producir arte a través de la interpretación del medio social en que vivimos.

Más cerca de nuestra realidad, en esta España postmoderna, se dice que es un país al cual le cuesta interpelarse y medir su situación por medio del arte. Al respecto, luego de la muerte del dictador Franco y con la llegada de la democracia, se esperaba un aluvión de obras literarias que simplificaran el dolor de la dictadura, de la postguerra y de las sensaciones de libertad. No ocurrió (aunque habrá quienes ponga esto entre comillas), pero lo cierto es lo cierto: no hubo, ni antes ni después, un movimiento de vanguardia, como sí ocurrió en Argentina con el final de la Dictadura Militar de Videla y que se conformara en una cosmogonía literaria y punto de partida que atravesó casi todas las expresiones artísticas de ese país desde entonces, alguien capaz de ponerle voz a la historia.

Con más de seis años de crisis económica y de valores, en la actualidad ocurre algo similar. Hablo y comparto con amigos editores sobre aquellas obras que les llegan y leen y comparten con el espanto de la evasión, obras encerradas en huevos Kinder, sobre caballeros medievales, batallas imposibles, anémicas historias de amor, de extraterrestres que pueden haber sido escritas en 1956 en Amman o en Yekaterinburgo, acaso porque nada reflejan sus páginas. La pregunta, a esta altura, es obvia: quién escribirá la historia de nuestro tiempo.

Este era (y es) el tono de las conversaciones que solemos tener los editores. O por lo menos lo era hasta que hace unas semanas me llegó la obra Bicoca de Luz Rodriguez y volví a recordar aquella frase de Jelinek sobre la furia, el asco y la necesidad de catarsis por medio de la ficción.

En este sentido, Bicoca es pura furia, una excelente obra que es, sin duda, el reflejo de un tiempo horrorosa que nosotros tenemos la obligación de reflejar. Y no solo eso, Rodriguez hace algo doblemente meritorio: aborda con tremenda ironía y humor el declive de un banquero a través de un viaje-bacanal, compartido con directivos de su entidad y familiares, que naufragará debido a los desmanes patéticos de un grupo de personas incapaces de adaptarse a un barco que se hunde y cada uno, a su manera, intentará salvarse como puede.

Un lujo. Una obra tan bien escrita como reflexiva y encantadora y la cual temo, por la caótica situación de las editoriales tradicionales (cobardes, acomodaticias) correrá el riego, si no la rescatamos con nuestra prodigiosa lectura, de hundirse en el mar de publicaciones anónimas que pueblan los oscuros anaqueles de Amazon.

En boca de su propia autora: «el desvarío [de la realidad] sólo se puede afrontar con ironía. En unos tiempos de trepas avariciosos, financieros pendencieros, revoluciones aguadas y familias descompuestas; ésta novela rebosante de sarcasmo y destapará la tomadura de pelo en la que vivimos. Échate unas risas a cuenta de la corrupción. Búrlate de las instituciones sacrosantas. Viaja por la cara. Véngate. ¡Venga¡». Y ahí está, para quienes no lo haya descubierto todavía, el antídoto perfecto para sobrevivir a la estupidez, al absurdo y al patetismo al que nos someten ―acompañados por los medios de comunicación― los políticos actuales: sentarlos, como hace Luz Rodríguez, frente a un espejo y en el fondo de la sala, detrás de un velo negro, reinos a carcajadas de sus propias narices de payasos.

En definitiva, podría contar tantas cosas de Bicoca ―según los principios elementales de una reseña bien formulada: argumentos, fortalezas, debilidades, conclusiones― y sin embargo no tiene el menos sentido: ahí está la realidad, en la televisión o en la calle, como el más ingrato de los spoilers para llenarnos, como a Jelinek, de furia y de aco.

 

 

BICOCA. UN LIBRO DE CUENTAS Y MALAS PULGAS

  • Formato: Versión Kindle
  • Tamaño del archivo: 479 KB
  • Longitud de impresión: 173
  • Uso simultáneo de dispositivos: Sin límite
  • Vendido por: Amazon Media EU S.à r.l.
  • Idioma: Español
  • ASIN: B00THRTPWQ

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