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Como publicar un libro sin morir en el intento Como publicar un libro sin morir en el intento
Cómo publicar un libro sin morir en el intento, la pregunta bien vale un reino. ¿Es posible al día de hoy con las crisis... Como publicar un libro sin morir en el intento

Cómo publicar un libro sin morir en el intento, la pregunta bien vale un reino. ¿Es posible al día de hoy con las crisis de las editoriales, el consumo y los medios de comunicación? Según este grupo de editores sí, sí es posible pero…

No nos engañemos: aun cuando en una red social masiva, como Falsaria, las oportunidades de ser leído son mil veces mayores que ser publicado por una pequeña editorial (el único espacio, excepto milagros, al que podemos aspirar), la tentación por la publicación bajo un sello «reconocido» es una inmensa motivación para todo escritor.

Con la excusa de hablar sobre las actividades del Festival Literario Eñe, que este año 2012 se presenta en Madrid, el diario El País juntó a cuatro editores con la idea de charla sobre literatura en general y sobre literatura «publicable», y de aquellos problemas con los que se enfrenta todo escritor novel.

De la larga conversación con los cuatro editores que participaron en la actividad —Pepo Paz (Bartleby, poesía y narrativa), Cristina Fallarás (Sigue leyendo, edición electrónica), Constantino Bértolo (Caballo de Troya, narrativa) y Juan Casamayor (Páginas de espuma, relato)—, extraemos trece puntos muy interesantes:

1. Arriesga  “En este contexto no hay que hacer lo que espera Mondadori o Planeta; hay que apostar por lo que uno ama”, nos cuenta Fallarás. “La industria ha impuesto convenciones como novelas de entre 250 y 400 páginas, pero eso se está rompiendo. Van naciendo nuevas formas”.

2. Elige destino. Cuanto mayor sea la editorial, más difícil es publicar. “Al filtro de calidad se le añaden lo que opinen el director de marketing, el de ventas…”, piensa Casamayor. “Los autores deben saber por qué les interesa una editorial u otra”, dice Bértolo. Sobre los agentes hay muchas dudas: son efectivos pero, sin contactos o buenas perspectivas, es difícil encontrar alguien que represente a un novato.

3. Un manuscrito limpio. “Después de acabarlo hay que leer, corregir, dejarlo que descanse en el cajón”, dice Casamayor. Nada debe quedar a la piedad del editor. Para ello, se puede recurrir a alguna empresa de servicios editoriales.

4. Sin dudas. “No nos engañemos: saber venderse forma parte de la poética contemporánea”, expone Bértolo. “Es un consejo general. Todos nos hemos convertido en viajantes de comercio”. Si un autor no cree en su obra, es difícil motivar a un extraño. Tiene que haber firmeza desde el correo que acompañe al manuscrito.

5. Paciencia. “El tempo del que escribe es diferente del que edita”, reconoce Pepo Paz. Entre tres y nueve meses le toma al editor leer un original. Y si dice sí, la espera para llegar a la librería acaba de empezar. “Yo estoy trabajando en el catálogo de 2014”, ejemplifica Casamayor.

6. Aceptar que el mundo es injusto. “Publicar en una editorial como la mía, con 15 títulos anuales, es muy difícil. Incluyo un par de noveles; tres, si estoy zumbado”, dice Pepo Paz. Incluso manuscritos considerados buenos no se publican. Casamayor: “Quien te diga que no se preocupa de las cuentas, no es editor”.

7. No aspirar a grandes tiradas. “Yo las hago mínimas, hasta de 300, porque colocar a un novel es casi imposible”, cuenta Paz. “Ofrecemos una tirada corta, pero nuestro prestigio y el trabajo de apoyo a la creación”.

 8. Un rincón en la librería. Para un debut con pretensiones artísticas las posibilidades de copar la mesa de novedades son ínfimas. “Luce más una novelita de Henry James que el primer trabajo de un chico de Cáceres”, explica Casamayor. Vencer a un muerto es difícil.

9. Olvidar los periódicos. Los medios de comunicación también están en crisis. Apuestan por lo seguro y no regalan espacio. “Prefieren traducciones y clásicos. La crítica se siente más segura ante una obra ya homologada”, opina Bértolo. Fallarás ve que la venganza se puede encontrar en las redes.

10. Pero no dejar de exigir. El autor debe pedir al editor. “Que hable de correcciones y puntos de vista”, recomienda Casamayor. “Aunque seas primerizo, tienes que saber cómo van a distribuir, si habrá entrevistas…”.

11. Opción electrónica y autoedición. “Internet es una oportunidad”, cree Pepo Paz, “pero el editor certifica la calidad y aporta”. Abunda la impresión de que es más útil para calmar el ansia del autor que para difundir una obra. Fallarás sí apuesta por la electrónica sin reservas: “Es el mejor momento de la historia para publicar. El papel se vende poco y caro. Sacar libros baratos es una oportunidad para el escritor y el lector”. La editora considera que Internet puede ser también el primer paso para llegar a la librería. “Mis contratos solo atañen a la versión digital. Si el libro funciona, los autores pueden firmar con una casa de papel”.

12. Premios. Muchos son para consagrados; otros, otorgados de antemano. Pero son un apoyo alimenticio y un masaje para el ego. “Para los editores no son una referencia”, avisa Casamayor. “Y cuidado con un escritor que deforme su escritura para agradar una vez a la Generalitat catalana y otra al Consejo galego”.

13. Atentos a lo esencial. “Lo importante es el texto. No sirve que el autor te cuente que tiene muchos parientes que comprarán el libro”, asegura Bértolo. Para publicar, lo más importe es escribir. Escribir bien, y resistir. Luego ya llegará lo demás. Hasta un editor tiene su corazón. Lo dice Casamayor: “Después de dar 500 noes, un sí es un gran placer”.

[message_box type=»note» icon=»yes» close=»Close»]Otras opciones las brinda Falsariahttp://www.falsaria.com/publicar-tu-libro/[/message_box]

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Fuentes: El País

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