Buenos días, Alondra. Es un placer poder hablar contigo sobre tu nuevo libro Miss Uruguay, una novela histórica ambientada en Latinoamérica durante la década de los ochenta, entre Uruguay y Panamá.
Enhila, una de las protagonistas, en uno de sus encuentros con el general, recuerda el aroma de las flores que su madre usaba para perfumar el ambiente. Las flores le recuerdan a su patria, de la cual ahora ella está alejada. ¿Hay algo que siempre eches de menos de tu país cuando estás lejos? ¿Qué es lo que siempre recuerdas de tu patria?
La gente, mi gente, su manera de relacionarse, su humor, su sencilla manera de ser a la vez un pueblo crítico y tierno. Vengo de un país muy pequeño pero grande en su historia y en su aspiración democrática e igualitaria. He vivido 40 años en Panamá, país que quiero muchísimo, sin abandonar mi raíz.
Este mismo personaje resulta una persona muy inquieta intelectualmente hablando. Hay un momento en que ella dice: «¡Qué difícil es aprender una lengua! “Pana”, “fresa”, “torta”, “papaya”, “pájaro” o “chucha” quieren decir cosas distintas en Chile, Venezuela, Cuba o Colombia». ¿Qué opinas del concepto «español neutro» como una estandarización del idioma a nivel global que algunos defienden?
No creo que exista una lengua «en neutro». Estamos integrando múltiples formas de expresión, modismos, oralidades diferentes del mundo globalizado y la tecnología. No creo en «razas puras», mediatizar, mediar, mezclar, convivir son mis señas lingüísticas.
En el libro Miss Uruguay hablas de la dictadura militar que tuvo lugar entre 1973 y 1985 en Uruguay. ¿Crees que la sociedad uruguaya arrastra todavía parte de ese régimen político?
Un hecho que llena hasta hoy de luto y vergüenza al Uruguay. Creo que una dictadura no cierra heridas hasta que no haya justicia y en mi país no la hubo. Con genocidas confesos y presidentes «en democracia» aún hoy no sabemos dónde están nuestros muertos y desaparecidos. Los militares lo saben y muchos civiles también, pero se encubren entre ellos y eso es lo que la sociedad uruguaya reclama para una democracia activa y un poder judicial efectivo que las diga a la «madres más triste de la historia» -como las llamo yo- dónde están sus hijos. Por eso en mi libro hablo de ellas: son tan admirables en su lucha como infinito es su dolor.
Enhila es galardonada con el título de Miss Uruguay y en un momento determinado, entabla una conversación con su amiga Nibia, muy distinta a ella, sobre la belleza y el intelecto. ¿Crees que las personas que gozan de encanto físico lo tienen más fácil en la vida? O, por el contrario, ¿existe en las personas intelectuales y menos agraciadas un atractivo que está menospreciado? ¿A qué crees que se debe?
Nibia Sabalsagaray es un personaje real y le hago un homenaje en mi libro. Murió asesinada en la tortura. Yo la conocí. La amiga, la bonita es un personaje ficticio y en ella represento la belleza física de una mujer que accede a altos niveles sociales por esa causa. Creo que eso es así. En una sociedad patriarcal y machista he oído muchas veces que la tarjeta de presentación de un hombre es su mujer. Lógicamente me burlo de esas opiniones y de sus seguidores. Aunque no me lo preguntes, te lo pongo al revés: estoy segura de enamorarme de un hombre inteligente al que prefiero ante un guapo.
Hablando de Nibia, en el libro su desaparición resulta algo intrincada. ¿Has querido plasmar en el libro una realidad cotidiana existente en todas las dictaduras?
Las dictaduras trabajan sobre modelos de tortura y retorcimiento de todos los derechos que puedan tener los ciudadanos. En mi novela denuncio la Escuela de las Américas, centro de entrenamiento de torturadores que trabajaron en el Plan Cóndor, ubicado en Panamá (ya fue desmantelado). Hay muchas maneras de desaparecer y matar, todas perversas. El caso de Nibia, insisto, es real y se sabe que murió en la tortura y que se hizo un expediente falso de un supuesto suicidio para encubrir el hecho.
En el libro nos encontramos con tres protagonistas muy dispares: un torturador homosexual adicto a las drogas, una miss alejada de su país y de su familia y un general. Estos dos últimos mantienen un affair mientras que el primer personaje, quien también es el chófer de Enhila, observa cómo es relegado a esta función. ¿Has querido hacer justicia de algún modo a través de estos tres personajes o hablar del amor independientemente del contexto de cada uno?
Hablo de lo político y hablo del amor. Al crear un personaje bisagra (Pedro- Pancho) lograba una trilogía interesante entre tonos muy distintos. El torturador tiene hasta un fondo doloroso porque nace en una zona marginal y se convierte en una figura manipulada por el poder y desechada cuando ya este no lo necesita. Sin embargo, es hijo de una madre soltera de una zona rural; conoce la miseria y la discriminación, caldo de cultivo para que lo reclute el ejército. Eso tiene un fondo compasivo con en el que veo la pobreza, situación de vida de muchas personas que en condiciones distintas pudieran tener mejores destinos.
Miss Uruguay es una obra muy bien escrita. Se nota en la soltura del estilo y en la desarrollada descripción de los escenarios dejando patente lo bien que conoces la historia de Latinoamérica ¿Crees que ha sido importante tu entorno a la hora de escribir? ¿Encuentras inspiración en los momentos vividos?
Muchas gracias por el elogio de que mi obra está bien escrita. Lo intento. Conozco bien Latinoamérica, he vivido y viajado en muchos de sus países. Su entorno, su geografía, sus comidas, sus autores, su pasado precolombino me inspiran muchísimo. Creo que somos un continente muy potente y hemos configurado una identidad mestiza de convivencia desde muchas raíces, en la que cabe la igualdad y la diversidad.
Tú eres una escritora uruguaya-panameña. Estos dos países, tan alejados entre sí geográficamente, suponen un punto de encuentro en la protagonista: ella nació en Uruguay, pero se traslada a Panamá. ¿Existe algún rasgo biográfico con respecto a Enhila?
No, no hay rasgo biográfico en Enhila. Es un personaje de ficción. Yo no soy tan bonita ni aspirante a Miss. El General es un prototipo reconocible en cualquier país. Y aunque parezcan protagonistas de la historia, el núcleo de la creación literaria lo encuentro yo en el torturador; de hecho fue el personaje que más trabajo me costó construir.
Como escritora, has publicado poesía, ensayo, teatro, cuentos y novela. ¿En qué género te sientes más cómoda?
Comencé escribiendo teatro porque vengo del teatro. Estudié Arte Dramático y actué y dirigí durante mucho tiempo. En este momento me siento muy inclinada a la narrativa y estoy escribiendo poesía, lo que nunca había hecho por respeto.
Pero en un evento internacional reciente tuve que leer mi poesía y se me subió la adrenalina… a ver qué pasa. Todo género es un reto, hay que intentar.
En tu libro también tienen lugar las diatribas personales en cada uno de los personajes de la historia. Estas nacen de la necesidad de estar buscando su sitio, o bien con respecto al amor, o bien en lo referente al respeto social y laboral. ¿Cómo ha sido tu proceso de escritura para ahondar tan bien en la psicología de los protagonistas? ¿Crees que todos tenemos, al final, la misma meta: situarnos en el entorno que nos pertenece para ser felices?
Creo que ando buscando en mis lecturas seres con contradicciones.
La variedad de personajes de la literatura universal dan muchas pistas sobre por dónde buscar, tanto en la parte externa de los comportamientos como en los oscuros laberintos que tenemos todos. Quizás me ayudó ser hija de un psiquiatra que me dejó muchas enseñanzas sobre «normalidades patológicas» (por decirlo así). La literatura nace de la literatura. Soy una lectora de buena literatura, muy exigente, no me guío por premios ni ventas masivas.
Con la publicación de Miss Uruguay y después de tu bagaje como escritora, ¿sigues sintiendo la misma ilusión que al publicar tu primer libro o con el paso de los años uno se acostumbra?
Sigo sintiendo siempre temor e ilusión al publicar un nuevo libro. Y nunca estoy segura totalmente cómo resultará. Como cuando estaba detrás de bambalinas y me sentía temblar antes de entrar a escena. Mi escritura es la continuación de mis performances.
Nos estamos acercando al final de la entrevista. ¿Hay algo que no te hayamos preguntado pero que quieras comentarle a tus lectores?
Creo que has enfocado bien las preguntas para orientar al lector. También para mí ha sido un placer. Saludos.
Muchas gracias por concedernos esta entrevista, Alondra. Ha sido un placer poder hablar contigo.
- Nombre: Alondra Badano
- Género: Novela
- Bio: Uruguaya-Panameña. Catedrática de Teatro y Literatura. Ha estudiado y trabajado en varios países de América Latina, España y Canadá. Como actriz y directora ha participado en más de 30 obras de teatro y en su condición de catedrática en diversos eventos nacionales e internacionales. Ha merecido reconocimientos por su aporte a las Artes y la Cultura, el más destacado como una de las 100 mujeres más importantes de Panamá en el Centenario de la República. (2003). Entre sus obras se encuentran: Parejas desparejas (ensayo) Premio Ricardo Miró, 1997; Bajareques (cuentos, tres ediciones) Premio Centroamericano Rogelio Sinán, 2007; Jugada partida, Babilonia way of life y Sospecha de Sospecha (teatro) Premio Ricardo Miró, 1999, 2004 y 20013 respectivamente, y La suerte del olvido (novela, dos ediciones) Premio Juan Carlos Onetti, 2011, Uruguay. Otros libros: Ensayos, Tomo I y II, (2016) y Poemas (2018). Aparece en varias Antologías y ha sido traducida al francés y al árabe.
- Obra: Miss Uruguay
Disponible en: Amazon, Libelista, Soyloqueleo, Librería Hispano Americana
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