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Entrevista a Froilán de Lózar, autor de «Castilla» Entrevista a Froilán de Lózar, autor de «Castilla»
Buenos días, Froilán. Es un placer poder hablar contigo. Dinos, acabas de publicar tu novela Castilla, donde se narra la historia de un antiguo... Entrevista a Froilán de Lózar, autor de «Castilla»

Buenos días, Froilán. Es un placer poder hablar contigo. Dinos, acabas de publicar tu novela Castilla, donde se narra la historia de un antiguo comando de ETA al que le ordenan asesinar al presidente de la recién independizada Castilla. ¿Por qué plantear la independencia de Castilla? ¿Crees que es un sentimiento arraigado allí?

No, de ninguna manera. Ni se entendería la independencia, aunque estemos hablando de la comunidad más grande de España, ni hay sentimiento como región. Pero lo sitúo allí por eso mismo, para entender ese proceso de desligarse del resto. Vivir en el mismo lugar, circular por las mismas carreteras, tener que desplazarse al hospital de otro país (lo que antes era otra provincia). ¿Tú sabes que, iniciado el camino como país, Burgos pide la independencia de Castilla?

En fin, una gran confusión.

 

¿Crees que la independencia que reclama hoy en día, por ejemplo, Cataluña, puede dar pie a un mejor Estado que el que tenemos ahora (basado en la igualdad, con mejores prestaciones sociales, etcétera)?

Mi padre, que fue comerciante, siempre me decía que los negocios había que montarlos en un sitio donde hubiera gente. Los países, también.

La igualdad, la libertad, las prestaciones sociales son palabras bonitas que todo el mundo maneja a espuertas. Es como cuando estás enamorado, que revientas.

Cuando tengamos eso, si se dieran las circunstancias, otros ciudadanos y pueblos allí establecidos pedirán más, querrán la independencia de su pueblo, pero no para mejorar en prestaciones, no para dar solución a los problemas, sino para medrar ellos.

Además, ¿qué hacemos con los que no la quieren, que son tantos o más?

 

El libro no solo gira en torno a las sombras del poder político y la ambición (que, sin duda, es la clave de la trama), sino que también trata los sentimientos más cercanos y puros, como son el amor por una madre o una pareja, y también el miedo a la enfermedad y el sufrimiento. ¿Cuál o cuáles crees que son los sentimientos «que mueven el mundo»?

Lo que mueve al mundo es el dinero. Y ya de paso, el dinero mete la mano en todo lo demás. El amor, que debería ocupar la primera plaza, está manejado por todos los que rodean a los protagonistas. La madre, que no lo ve con buenos ojos, que no se detiene a pensar que es una mujer de 50 años; la mujer, que no se conforma con vivir una historia que ni se imaginaba y lo quiere todo, y lo quiere enseguida, porque lo necesita. Está casada con un fantasma que entra y sale de casa y al que ve por descuido alguna tarde, invadido aquel hogar por la rutina y un amor acabado.

Pero todo no se puede tener en la vida. Basta con mirar hacia uno mismo para ver las limitaciones y las ausencias que a todos nos asaltan.

 

Podríamos decir que el motor del libro, no obstante, es el amor desenfrenado, pasional, entre Jorge y María. ¿Has tomado la inspiración de algún lado para crear a estos personajes?

Es una historia real. ¿No dicen que la realidad supera a la ficción? Pues es cierto. Y cuando lo cuentas con la misma pasión con que lo has vivido, todo fluye con una generosidad que te cautiva. Lo he leído cien veces y cada vez me engancha más, y hasta aquellos capítulos dudosos o menos llamativos parecen encajar.

 

Hay una abismal diferencia de costumbres y formas de ser entre los habitantes de las distintas regiones de España. ¿Crees que eso es un problema para la convivencia o una oportunidad de enriquecimiento cultural?

Mira, me encanta viajar. Tengo un blog, «Curiosón», con cerca de mil visitas diarias, donde voy reflejando la historia y el sentimiento de los distintos lugares. Asturias, Cantabria, La Rioja, Galicia, País Vasco, Andalucía… claro que te enriquece. Fíjate, algún día, después de los estudios elementales, se estudiará preferentemente idiomas, para comunicarnos con otros pueblos, para saber de sus costumbres. Eso es lo que te enriquece de verdad, la universidad de la vida.

 

Como periodista palentino, ¿cómo describirías tu relación con tu ciudad y con Castilla y León? ¿Te consideras un apasionado de tu tierra? ¿Y de otros lugares?

Me has leído, te has informado y vas con puntería y profesionalidad a las preguntas. Te felicito. Llevo cuarenta años colaborando en prensa. Me pillas en la preparación de un nuevo libro, el primero de una serie de ellos, donde voy seleccionando artículos de cien en cien, donde se aborda, sobre todo, el olvido que ha padecido mi tierra; la montaña, lejos de la capital, con inviernos durísimos y con una organización tercermundista. Las máquinas quitanieves vinieron durante mucho tiempo desde el llano, donde no nevaba y donde nunca comprendieron nuestra angustia. Ahora, con Sanidad, pasa algo parecido: no hay acuerdo para atender a los palentinos del norte en el hospital Tres Mares, de Reinosa.

Yo vine a Bilbao en la década de los ochenta. El Bilbao de la novela, que ha crecido, que se ha enriquecido, que me tiene enamorado. Pero han sido años de luchar sin descanso, desde aquí, por dar a conocer la historia y las bellezas de mi tierra. Allí estoy preparando una buena biblioteca para retirarme, si llegamos, y que el mundo pueda seguir conociendo aquellos lugares.

 

Por supuesto, se abordan otros temas en la novela. Josefina sufre de párkinson, y ella lucha contra la enfermedad hasta el final. ¿Qué opinas de este tipo de enfermedades incurables y degenerativas? ¿Crees que se invierte lo suficiente en su investigación?

No hay enfermedad buena, cualquier dolor nos merma, pero salvando el alzhéimer, que también se menciona, el párkinson es terrible. Mi madre lo sabía y era previsora. Llegaba la primera a la cocina porque a su marido le gustaban los churros y ella iba librando la batalla contra el mal a la carrera, que no la cogiera en medio de una actividad porque sabía que no podría con ello. Fue un peregrinaje continuo. Lo veréis si os tienta, una dedicación plena, una enfermedad que le atrapa tanto al cuidador como a la enferma.

Y el libro, ya lo ves, está dedicado a mi madre, que llevó la enfermedad con una resignación y una sonrisa.

Fíjate lo que anduvieron, las puertas a las que llamaron, los especialistas que la vieron, y han pasado ya diecinueve años desde que nos dejó y todo sigue investigándose. «Seguro que encuentran una solución», viene a decir ella en la novela, «pero vendrá otra enfermedad nueva».

 

Este no es, ni mucho menos, tu primer libro. ¿Tienes pensado publicar algún otro más?

Tengo uno, Ver dos veces las cosas, en busca de editor.

Tengo ya muy avanzada una novela sobre Franco, ¡Vive!, y otras siete novelas que necesitan retoques. Seguro que alguna me sirve para abrir otra historia. Tal vez me decida por enviarlas a algún premio pequeño. Me bastaría con que se publicase. El Planeta y otros premios de postín van derechos a por el dinero, la promoción. La cultura y los autores sin nombre les importan un bledo.

 

¿Qué les dirías a tus lectores que van a encontrar en esta novela?

Uno siempre alberga la esperanza de llegar al corazón de los demás; al corazón y a la cabeza, que ahora el amor parece una cuestión muy relegada.

En esta novela, el lector encontrará la vida real, aquello de la vida que nos asusta, que nos espanta, que nos emociona. Aquello que es inevitable. Aquello que pasó que nos toca la conciencia.

Una novela, como bien definió mi amiga Margarita Marcos, con muchos frentes y personajes: historia, patria, política, amor, intriga, dolor y esperanza.

¿Leyeron Patria, de Aramburu? Pues de allí nació Castilla.

 


  • Nombre: Froilán de Lózar
  • Género: novela
  • Bio: Froilán De Lózar, escritor y publicista palentino, es autor de ocho libros, los tres últimos de historia, bajo el sello editorial Aruz. También ha elaborado la biografía del político carlista Matías Barrio y Mier, publicada por la Institución Tello Téllez de Meneses, en 2008.
    Durante cuarenta años ha colaborado ininterrumpidamente con reportajes, entrevistas y artículos en diarios del grupo “Vocento» (Norte de Castilla, Diario Montañés) y sigue acudiendo a la cita semanal en Diario Palentino con su columna “La madeja». Editó en la década de los 80 la revista literaria Pernía y ha sido premio nacional de novela corta de «La Tribuna de Castilla» (Valladolid), premio internacional de poesía «Diego de Losada» (Zamora) y premio de periodismo «Ciudad de Palencia».
  • Libro: Castilla

Disponible en: Avant editorial

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