En esta primer entrega, y a modo de introducción, sólo haré una reseña, lo más breve posible, del inicio y evolución de la música que mayor impacto tuvo en el siglo pasado. Todo comienza entre mediados y fines del siglo XIX, con un mapa musical en Occidente que indicaba que, mientras que en Europa continuaban apareciendo autores de la hoy llamada música clásica o lírica, en Latinoamérica, pese a la independencia que lograban paulatinamente los distintos territorios, en lo cultural se continuaba mirando a España, principalmente, y al resto de Europa en segundo plano, sin tener demasiado en cuenta lo nativo. Pero en Norteamérica, principalmente en el sur, no ocurría lo mismo: si bien la burguesía continuaba con las costumbres inglesas, la gran cantidad de esclavos negros estaban concibiendo una mezcla entre sus músicas de raíz africana y las influencias que incorporaban de las costumbres e idiosincrasias de sus “amos”. La principal expresión, eran las canciones que entonaban en las plantaciones de algodón y en los cultos religiosos, llamadas “spirituals”, que se cantaban “a capella” o a lo sumo acompañándose con las manos, siendo tan profundo el contenido en sus letras y cantados con tal vehemencia que impactaban, y donde expresaban sus penas y sus creencias con gran belleza.
Luego de la guerra de secesión, y a medida que comenzaban a ser libres, los negros comenzaron a generar una música que terminaría cautivando también a los blancos, y que crearía dos corrientes: el blues y el jazz. El primero estaba estrechamente ligado con los spirituals, pero con la diferencia de que comenzó a ejecutarse con guitarra, mientras que el jazz usaba poco el afinador de guitarra, pero incluía otros instrumentos poco frecuentes en el blues como trompeta, clarinete y otros. Ambos estilos comenzaron a ser la base del espectáculo de los clubes nocturnos de los negros, pero con la diferencia de que generalmente el jazz era bailable y el blues no.
Con el correr de los años, en el jazz fueron apareciendo grandes músicos, los que formaron las llamadas “big bands”, que a su vez descubrían nuevos valores, con distintos estilos y nuevas corrientes o escuelas, a la vez que comenzaban a entrar en ese mundo músicos blancos.
Pero esto no era igual en el blues, donde el ambiente era cerrado, reacio a los cambios o influencias foráneas y más reservado a los negros, lo que provocó que, mientras que en las siguientes décadas el jazz crecía a pasos agigantados, el blues tenia algunas épocas de esplendor y otras donde la creatividad era muy pobre. Pero esto no fue siempre así, ya que durante los ’40 comienza a influir el boogie-woogie, cuya fusión con el blues dio lugar con el tiempo al rhythm and blues, de ritmo más rápido y por ende más bailable. Esto le dio nuevos aires al blues, haciéndolo un poco más comercial y vendible, pero donde nadie imaginaría que durante la década del ’50 seria la base de una nueva revolución musical: el rock and roll. Para muchos, el 12 de abril de 1954, día en que Bill Halley grabó “Rock around the clock”, es la fecha de nacimiento del Rock & Roll. Sin embargo, esto era sólo una canción que, si bien marcó el comienzo de una época febril, fue solamente uno de los tantos elementos que conformó ese cóctel que aún hoy mueve a millones de personas.
El término rock & roll, en su traducción literal, significa “mecer y rodar” o “girar y sacudirse”. Para algunos esto era una metáfora sexual que utilizaban los negros de la época, mientras que para otros era una descripción de cómo se bailaba este ritmo, pero también describía a los músicos “trotamundos” que difundían su arte con la guitarra a cuestas. Sin embargo muchos desconocen que el vocablo inglés “rock & roll” es un invento de un disck-jokey norteamericano, Alan Freed, quien utilizó dos términos muy populares, quien sabe por qué, en ese momento, en el lunfardo de los jóvenes (“rock” y “roll”, si, por separado), juntándolos para bautizar su programa de radio en Ohio, llamado “Moondog’s rock & roll party” en 1950. (N. del A.: algo similar paso en la TV de Argentina de los ’60 con “El Club del Clan” y “Escala Musical”). Este programa radial tuvo gran éxito por varios años, y contribuyó en la idea, además, un vendedor de discos llamado Leo Mintz, quien sugirió a Alan difundir el rhythm & blues, ya que era una música de negros cada vez más solicitada también por blancos y así, en 1952 comenzó a transmitirse en vivo y hasta llegó a tener una presentación en ese mismo año en el estadio Cleveland Arena con 30.000 personas, razón que determinó que en 1954 Alan Freed fuera contratado por una emisora de New York, con un sueldo fantástico, mientras que continuaba ofreciendo shows en teatros y locales de gran capacidad. La música seguía siendo rhythm & blues, interpretada por negros, pero su audiencia era mayoritariamente blanca, ya en proporción de tres a uno, conviertiéndose paulatinamente en un fenómeno imparable, pese a criticas adversas, y donde ya organizaban giras, componían canciones y dirigían grupos, lo que aumentaba aun más su popularidad. Pero, como todo lo que asciende muy rápidamente, cae también estrepitosamente, el ocaso de Alan fue triste, con acusaciones de recibir dinero ilegal de radios y de discográficas, lo cual lo impulsó a retirarse, muriendo en 1965.
No quiero redundar en una anécdota que fue sólo el comienzo de un movimiento. El rock & roll de los ’50 (también llamado hoy rockabilly) es una mezcla de ritmos negros (blues + rhythm & blues) cada vez más amados por blancos (podemos citar entre los bluseros negros a algunos grandes como Muddy Waters, Willie Dixon, Howling Wolf, Otis Spann y Bessie Smith, entre otros o en el rhythm & blues a Ray Charles, Roy Milton y Wynnonie Harris) y un aporte de la otra raza: el country & western, típicamente blanco y ejecutado con maestría por Hank Williams u otros como Frankie Laine o Patsy Cline)
Aquí también influyó el momento sociopolítico, ya que la clase media blanca norteamericana, luego de la segunda guerra mundial vivió una mejora paulatina en su standard de vida, apareciendo varios productos antes desconocidos: los destinados exclusivamente a jóvenes (que debían cumplir sus caprichos), con la aparición de estereotipos como Marlon Brando o James Dean, lo que apuntaba a una mayor libertad con una imagen de rebeldía, y que inexorablemente los mezcló con los jóvenes de color, empezando a conocer y compartir sus costumbres, generalmente a escondidas de sus padres, ya que la raza negra continuaba siendo despreciada y relegada a un segundo plano.
Paralelamente, la guerra había acabado con el furor de las Big Bands (bandas como las de Harry James, Tommy Dorsey, Woody Herman o Benny Goodman habían perdido brillo) y la gente orientó sus preferencias hacia música más suave (aparecen como baladistas Frank Sinatra, The Platers y Nat King Cole, entre otros).
Toda esta “ensalada” creó un momento propicio para la llegada de un nuevo ritmo, y luego del furor de Bill Halley en 1954, empiezan a aparecer los primeros rockanroleros que cavaron el surco: primero fue Elvis Presley, que siendo camionero, venia de cantar country en pueblos durante sus viajes o en Tupelo, su ciudad natal y en Memphis. Y luego llegan otros blancos como Jerry Lee Lewis, Carl Perkins, Gene Vincent, Buddy Holly, Roy Orbison y Brenda Lee. Pero los negros no se quedaban atrás y aportaban valores como Chuck Berry, Little Richard, Fats Domino y Bo Diddley, entre otros.
Todos ellos son autores de temas que fueron famosos en la segunda mitad de los ’50, y que fueron luego interpretados por los grandes grupos de los ’60, pero eso es motivo de otro capítulo (La invasión de grupos ingleses de los ’60), que será tema de otra presentación.
Y para terminar, otra anécdota (corta), para muchos desconocida: Elvis Presley fue un gran intérprete, pero no era autor de sus temas, y uno de sus grandes éxitos fue “Blue suede shoes” (“Zapatos de gamuza azul”), cuyo autor fue Carl Perkins. Cuando éste último pretendía estrenar el tema, tuvo un grave accidente automovilístico, que lo tuvo internado varios meses. En su convalecencia lo visitó Elvis, y en agradecimiento, Carl le pidió que él estrenara ese tema: el tiempo y la calidad de Elvis hicieron que esta canción fuera una de las más famosas interpretadas por Presley y su versión fue y es mucho más conocida y difundida que la posterior del propio Perkins.
Bibliografia consultada
* Enciclopedia “Los Grandes del Rock”, Ediciones Orbis S.A., España, 1994
* Enciclopedia “Sentir el Blues”, Ediciones Altaya S.A., España, 1997
* Enciclopedia “Gran Enciclopedia del Jazz”, Editorial Sarpe S.A., España, 1980
* Enciclopedia “Historock”, Editorial Alas S.A., Argentina, 1992
- “Héroes del Rock and Roll, los fabulosos ’50”, J. L. Castelar, Editorial Distal S.R.L., Argentina, 1992
By Carlos Iglesias (Columna Maguasa)
Imagen: Chuck Berry performance
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