Editoralia
En referencia al genial artículo titulado Tres errores al escribir que te delatan como novato, se me ha ocurrido añadir otras tres torpezas que...

sorpresaEn referencia al genial artículo titulado Tres errores al escribir que te delatan como novato, se me ha ocurrido añadir otras tres torpezas que se comenten muy a menudo y que siempre es mejor evitarlas para dar un poquito más de nivel a nuestros escritos. Algunos parecerán obvios, otros no tanto, pero el caso es que se cometen más a menudo de lo que pensamos y evitarlos solo requiere poner un poco de cuidado.
Estaría genial que os animáseis a escribir algunos cuantos más y así tendríamos una lista de errores que evitar a la hora de ponernos a escribir.

Aquí van mis tres aportaciones a las torpezas de novato:

  • Narrar hasta el último movimiento cualquier acción insulsa: “Cogió el candelabro con su mano derecha mientras con su mano izquierda iba haciendo girar el pomo lentamente”. Menos mal que el narrador nos dice que son las manos del personaje las que hacen cosas. ¡Menudo susto si no fuese así! Y si el lector necesita saber qué está haciendo con sus manos el personaje, también sería necesario decir cuántas veces pestañeó, respiró, tragó saliva y latió su corazón…
  • Que un personaje comience tratando de usted a otro y, sin venir a cuento, cambie su tratamiento por el tuteo. Pero, unas líneas más abajo, vuelva otra vez a utilizar el usted. ¿En qué quedamos?
  • Los diálogos son muy difíciles de escribir, pero muchas veces imprescindibles para hacer un cambio en la narración y marcar la personalidad de los personajes. Sin embargo, no es necesario poner en todo momento entre guiones quién ha dicho cada frase, sobre todo si solo son dos personajes los que hablan, ya que queda algo tan horrendo como esto:

—María, ven aquí —dijo Jesús.
—Voy, Jesús —dijo María.
—¿Qué estabas haciendo? —preguntó Jesús.
—¿Y a ti qué te importa? —dijo María en tono desafiante.
—Solo quería saber cómo estabas —contestó triste Jesús.

Estos errores tan comunes se pueden solucionar fácilmente con práctica y una buena corrección tras finalizar el manuscrito, ya sea de motu proprio o con ayuda de alguna empresa de servicios editoriales.

Pues nada, lo dicho, animaos a escribir errores de novatos y así, además de reírnos un rato, aprenderemos un poquito más.

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